8.2.11

Recapitulando en la vida cotidiana

Una buena manera de recapitular es estar atento a los momentos que ocurren en la vida cotidiana, a veces las relaciones con los otros o con nosotros mismos nos internan en estados emocionales conflictivos que no acabamos de digerir con conciencia.
Con un poco de empeño en descubrir qué estamos viviendo realmente podemos recuperar nuestro espacio y nuestro sentido. La proyección suele ser un mecanismo de defensa para poner afuera lo que no queremos ver en nosotros, asi las personas que aparecen en nuestra vida se convierten en pantallas de cine donde podemos ver nuestras películas internas, sólo nos falta darnos cuenta de que eso que vemos... somos nosotros... eso que veo en el otro también soy yo y el efecto que me produce, el rechazo, el miedo, la rabia, el dolor, la risa, el amor... ocurre porque me estoy viendo a mí mismo.
Una propuesta en este sentido que nos permite recuperar esos "trozos" de mi mismo, es atrevernos a imaginarnos en el pellejo de la otra persona, esa persona sobre todo que nos saca de nuestro centro, aquella persona que con un diálogo o con un contacto nos levanta la rabia, por ejemplo.
Atrévete a preguntarte qué es lo que no te gusta del otro, y desarrolla esa parte que con tanta facilidad puedes ver fuera de ti, dentro de tu propio cuerpo, en tu propia vida, con tu vivencia.
Ahora pongo un ejemplo...
Empiezo agradeciendo a esta persona que con sus palabras o con su presencia me ha puesto en contacto con mi rabia y admito la posibilidad de que mi enfado no sea con ella, si no con lo que ella refleja de mi misma.
Esto sin duda es una gran oportunidad para entrar dentro de mi y conquistar algo o mucho de claridad, y me permite un encuentro con mi sombra, la sombra, la parte de mi misma que está en la sombra, lo que no veo de mi, lo que no creo que sea mio, lo que pongo fuera con una estrategia nada inocente de apartar de mi misma lo que tanto me cuesta aceptar como mio.
Recapitular es doloroso, el dolor de romper la imagen idealizada que tengo de mi misma y reconocer todo lo que soy yo, lo que me gusta y lo que no me gusta, incluso lo que detesto.
Abrazar no es fácil, exige entregarse y eso a veces para el ego significa morir. Pero también es el nacimiento del corazón y la vida real, auténtica, sea como sea.
Así me pongo ahora manos a la obra...
Venía de hacer unas compras de verduras ecológicas en mi tienda favorita cuando me encontré a una vieja amiga del pasado, así en una pequeña conversación quisimos ponernos al día de nuestras vidas, y en esto yo quise y me tomé un tiempo para explicarle en qué consistía parte de mi trabajo, en concreto le expresé la tarea que yo realizaba como guía de grupos con gestalt, y con otras herramientas de trabajo personal cuya formación había sido parte de mi tiempo en los últimos años. Así esta vieja amiga de mi adolescencia me dijo que no entendía a quién podía ir dirigido esos grupos pues ella misma sabía darse cuenta de sus sentimientos, emociones y sabia gestionar perfectamente sus conflictos internos, que en parte no veía la utilidad de estos encuentros en grupos. No escuchó nada de lo que le dije, o no le sirvieron mis palabras para nada nuevo para ella. Cuando me aparté de esta conversación y este contacto me di cuenta de que se había despertado una rabia en mis tripas.
Yo vi en ella una escucha nula a algo nuevo que se le planteaba, y por supuesto mucha desconfianza. Esto me molestó. Pero ahora si quiero tomar este espejo humano me surge la pregunta ¿cuándo no escucho yo mis ideas nuevas?¿cuando saboteo mis iniciativas?¿y cuántas veces he realizado este sabotaje conmigo misma en mi vida?
La recapitulación no se hace respondiendo preguntas mentales, se hace partiendo de una emoción y se desarrolla a través de la expresión de esta emoción. Hay que mojarse con todo el cuerpo.
Asi que construyo un escenario para que esto sea posible, en mi vida cotidiana, sin grupos, sin terapeutas y sin públicos, confiada en el movimiento orgánico de la emoción.
Estoy sentada en una silla y coloco enfrente de mi, una silla vacía, donde pongo con mi imaginación a esta persona que me suscitó una rabia interna, prometo ser honesta...
-No me gusta que no me escuches, no te estoy atacando- dije poniendo voz a mi rabia -espero de ti una acogida amistosa y no un cuestionamiento de lo que yo considero mi trabajo.
Ahora me cambio de silla y ocupo el lugar vacío, al hacer este gesto con todo mi cuerpo, cambio mi perspectiva, procuro ocupar el pellejo del otro y mirar por sus ojos y hablar con su voz... por supuesto no igual que lo haría el otro si no con la parte de mi que se refleja en el otro.
-Pues es verdad, no me gusta tu trabajo, no me creo que sirva para algo, lo veo inútil, una pérdida de tiempo, una cosa de holgazanes que se aburren, en definitiva, que no me creo nada de lo que me dices, que no te entrego mi confianza -proclama con orgullo esta parte donde yo ahora me siento y que le pongo voz
Ahora prosigo el diálogo y regreso a la primera silla, donde estoy yo inicialmente, y donde está también la parte de mi que espera el apoyo externo.
-Vale, ya sé que estás en mi contra, de acuerdo, quizás estoy sola en esto, o estoy sola sin ti pero puedo arriesgarme a emprender mi proyecto sin tu apoyo, tengo miedo pero quiero arriesgarme a llevar a cabo mis ideas y mi trabajo, aunque no tenga el apoyo de todo el mundo, aunque existan personas que me critiquen o que me rechacen -en este momento siento más tranquilidad y renuncio a obtener el apoyo externo, también me sobreviene una ligera tristeza como de niña solitaria.
Este diálogo exige movimiento y de nuevo cambio de silla, ocupo ahora de nuevo el lugar de este personaje saboteador de planes.
-Quizás voy en tu contra, y quizás soy tu enemigo, pero recuerda que fuiste tú quien me pediste que te entrenara en el arte de la defensa y yo cumplo tus órdenes, te entreno en la defensa ¿recuerdas que cuando niña y sentías miedo pediste ser fuerte y aprender a defenderte para que nadie pudiera tocar tu vulnerabilidad?¿lo recuerdas? para eso te saboteo con toda mi fuerza, ¡para que aprendas a defenderte!
Ahora emerge una emoción desde las tripas y me sobreviene una visión de mi infancia, reconozco a este "enemigo interno" que me hace dudar, me provoca y me pone en crisis siempre que puede... y que pude ver de nuevo reflejado en el rostro de esta vieja amiga... 
-Te reconozco, pero ya no necesito más entrenamiento en la defensa, ahora existen más opciones en mi vida.., ahora estoy aprendiendo a ¡confiar en la vida!... y por eso me arriesgo, me puedo equivocar y puedo integrar todo eso con cariño a mi misma y con serenidad... gracias por el entrenamiento, me ha servido mucho, sobre todo para poder elegir algo diferente... la confianza
Se me queda un sabor de travesura en el cuerpo, ¡me he pillado a mí misma!... y mi sombra se pone a mi servicio, ahora la veo como una pantera negra que me presta sus sentidos amplificados para seguir mi instinto y confiar en la vida, y encontrar las mejores experiencias para mi... y eso me alía a mi misma.
Cualquier ocasión de la rutina cotidiana es una oportunidad para entrar muy dentro de uno... revisar emociones, pillarse a uno mismo en automatismos obsoletos que necesitan de una nueva orientación, y la vida puede convertirse en un trabajo personal permanente a la caza de alianzas entre todos esos personajes internos que forman nuestro carácter y definen nuestras decisiones.  

15.12.10

Resoñando

Los sueños son metáforas de nuestras vidas y cada elemento, personaje, animal u objeto que aparece en el sueño es una parte de nosotros mismos, algo de nosotros puesto en ese elemento, personaje o lo que sea.
Todo en el sueño somos nosotros mismos, aunque normalmente sólo nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestra imagen, nuestra identidad conocida... el yo al que le ocurre el sueño, el yo que tiene la vivencia manifestada a través del escenario del sueño. Si bien en el sueño yo soy yo y soy también el enemigo que me persigue, yo soy yo y soy también el amante que me acaricia... y también soy yo el tunel por donde huyo de mi perseguidor y soy también el bosque precioso y luminoso donde me encuentro con mi amante. Si me fijo en los detalles de mi sueño, soy también el anillo que rueda por el suelo cuando corro y soy también el pájaro de colores azules que está posado en la rama de ese árbol, ¡ah! y soy también el árbol.
Yo construyo el sueño con mi creatividad onírica y todo lo que contiene soy yo, son partes mías dispersas en diferentes formas o personajes... también es parte de mi poder personal separado de mi, desintegrado en la inconsciencia, no reconocido.
Así el acto de resoñar es un intento certero para recuperar el poder personal...¿y qué es resoñar? Es regresar al mismo sueño que hemos tenido.
Para los más audaces en la ensoñación es posible realizar este acto  inmersos en el estado de sueño, es decir dormidos o ensoñando. Pero para los que no tengamos tanto entrenamiento en el arte del sueño consciente es posible revivir el sueño a través de la emoción.
Un trabajo personal con un sueño que nos sirva para realizar una recapitulación de las emociones contenidas en este sueño, comienza con la simple narracion del sueño, también sería interesante escribirlo.
Para entrar de lleno en todas las partes del sueño y revivir la emoción contenida se requiere un facilitador, un guía que nos ayude a no evitar lo incómodo, a entrar en los pofundo mientras podemos abandonarnos a un trance interno.
Así la persona que ha tenido el sueño cierra los ojos y empieza a revivirlo como si le estuviera ocurriendo en este momento, habla en voz alta y en primera persona del presente... dice(por ejemplo): "estoy en frente a un tunel oscuro", el facilitador está atento a cada nuevo elemento que aparece en el sueño y le pregunta por la emoción que está sintiendo en ese momento, si siente miedo, por ejemplo, le permite expresar cómo es ese miedo, qué teme, en qué parte del cuerpo lo siente, y cuando aparece un nuevo elemento del sueño, le pide que adopte esa nueva forma, que se convierta en "eso", por ejemplo si es un túnel, le dice: "ahora tú eres el túnel, dime cómo te sientes siendo un túnel, habla como el túnel que eres, cómo es tu vida siendo túnel", así la persona adopta otro rol y extrae todo el contenido emocional que había puesto en esa parte de sí mismo, también toda la comprensión y el diálogo que posee esa parte de sí... así va desarrollando cada elemento del sueño hasta que todas las partes se expresen y toda la emoción contenida se viva intensamente y quede liberada, de esta manera el sueño nos ayuda a recuperar nuestro poder personal y al mismo tiempo si vivimos que el sueño somos nosotros, que el sueño entero soy yo, que todas las partes del sueño son partes de mi mismo, que no existe el significado del sueño sino una vivencia emocional necesaria para integrar partes inconscientes de mi mismo... entonces empezamos a comprender que fuera y dentro soy yo, que en la vida como en los sueños me dedico a poner afuera partes mías y pierdo mi poder personal y que cuando lo recojo, acepto que lo de fuera soy yo también, empiezo a brillar con mayor plenitud y responsabilidad de mi propia vida.

23.11.10

La tarde del sábado en la Escuela Chrisgaia(Alicante)

Con tres focos bien orientados todo el grupo(unos 20) pudimos proyectar la sombra física en la pared de la sala rectangular, y orientados por la voz de Miyo cada uno de nosotros entabló un diálogo silencioso con su sombra.
Estoy enfrente de la mía y observo que está enfadada, no conmigo, está enfadada con algunas frustraciones que me han ocurrido en las semanas anteriores y el color oscuro de mi sombra tiene un semblante serio, estoy frustrada, me dice mi sombra, tú no estás consiguiendo el placer cotidiano que requiere tu vida y yo me estoy cargando de frustración, en exceso, así que tú reflexiona y revisa cómo estás gestionando tu placer existencial, la alegría de vivir en la cotidianidad, cómo estás cuidando la ligereza en cada instante de la vida, y qué estás haciendo para que yo me cargue con esta pesada frustración...
Ahora mi sombra adquiere un tono rabioso en su voz y me pregunta ¿donde estás poniendo tu placer?... y de pronto me sobreviene una tristeza en el pecho... como si yo no supiera cuidarme a mi y cuidar a mi necesidad, y estuviera colocando mi poder fuera de mi... ya sé, le respondo, a qué te refieres... he puesto mi placer en algo lejano, difícil de conseguir, he hipotecado parte de mi alegría cotidiana para un suceso futuro, el encuentro con una persona, que en mi fantasía me iba a proporcionar una felicidad inmensa... pero eso es algo que no existe aqui y ahora, y me hace tener que esperar para sentir placer, alegría, vitalidad... yo no quiero estar a la espera para vivir la alegría, el placer de estar vivo, me grita mi sombra a la cara, y me has hecho esperar para nada, porque al final no ha llegado nada que tu habías imaginado, no ha habido felicidad, placer.. solo espera y frustración... me dice mi sombra.
Recojo el diálogo que he mantenido con esta parte de mi, las sensaciones, la emoción que se ha movido en mi cuerpo, el sabor que me queda de esta comunicación...
Ahora salimos todo el grupo al exterior de la sala, vamos a recoger hierbas o flores, una piedra, una rama de árbol, así nos movemos por el campo hasta que reunimos todos los elementos y regresamos a la sala.
Empezamos un nuevo trabajo... estoy tumbada en mi sitio y coloco la piedra en mi plexo solar, su textura áspera en contacto con mi piel me saluda, la frialdad me calma el estómago, y su peso concentra mi atención en su presencia. Ahora me convierto en piedra, y siento mi cuerpo de roca confiado en una existencia sin tiempo, donde no tengo expectativas sobre nada, sólo soy, aquí y ahora, y no consigo saber si soy la arena del desierto o soy una montaña rocosa con cuevas subterraneas.
Cambio de elemento y coloco en mi plexo la florecilla. Al momento me entrego a una visión del campo en primavera, y olores frescos de flores, soy  una flor flexible que se abandona a la caricia del viento y recibe abundancia de placer vital con sólo estar receptiva al entorno más cercano. Me sobreviene un sabor de satisfacción.
Coloco la rama del árbol en el plexo, y al momento percibo el resto del árbol, el tronco, las raices en la tierra, la presencia poderosa de este ser. Y me convierto en árbol, sin moverme todas mis necesidades son atendidas por la vida, el viento me trae mensajes de otros lugares y saca a mi espíritu a volar, la tierra me sostiene y me nutre, y algunos animales acarician mis ramas, o mi tronco, vibro de felicidad en el instante.
Tomo aire profundamente y me preparo para el siguiente trabajo de la larga tarde y noche. Ahora entraremos en una recapitulacion con la respiración.
Al momento siento un poco de rechazo físico por esta práctica que requiere una hiperventilación que muchas veces se convierte en mareo, y náusea.
Así que proclamo en silencio y con contundencia que no quiero esperar para sentir placer, para gozar con mi cuerpo y todas las percepciones de vitalidad que reciben sus sentidos internos y externos.
Tengo miedo de la frustración, como me dijo mi sombra un rato antes, y me comprometo con la sensibilidad del aquí y ahora y cada regalo pequeño o grande que la existencia me proporcione.
Asi que empezamos a tomar aire sin exagerar con las rodillas levantadas y las manos hacia atrás apoyadas en el suelo sosteniendo la espalda, el cuello y cabeza girando con cada inspiracion, y expulsando hacia abajo. Este movimiento empieza a marearme y recuerdo mi propósito de conquistar el gozo de estar viva y estar respirando. Mi pelvis se expande y se contrae al ritmo del aliento, y mi pecho empieza a expandirse, cuando expulso el aire expreso un sonido que relaja mis costillas y mi emoción, como un jadeo o como un suspiro, a veces me viene un bostezo como si cayera hacia dentro en un trance más y más profundo.
No siento dolor, mi pecho sostiene el aliento expandido y todas mis células despiertan, y se avivan, empiezo a subir, a traspasar los límites físicos, y adoptamos otra postura, ahora tumbados, la cabeza gira de izquierda a derecha, y el sacro se vascula hacia dentro y fuera, y empiezo a recibir mucha alegría, me emociona la gratitud que siento ahora, mi sombra me ayuda a comprender que no tengo que esperar nunca para sentir alegria o placer, éxtasis, porque todo eso está aquí y ahora y en este sitio no se requiere esperar, se necesita estar, y ser, el aliento me limpia el alma, mi pecho se expande sin límite, en instantes de apnea, detenida la respiración, soy puro sentimiento de gozo, y sigo viva, muy despierta, y esta toda esa abundancia de dicha, y alegria dentro de mi, conmigo, cerca de mi corazón.
Pido perdón a mi sombra por obligarla a esperar algo que existe en cantidades ingentes en el presente para mi y ponerlo fuera de mi en la locura de mi fantasía... ahora atreviesan imágenes de mi vida en la pantalla de mi visión interna y empiezo a devolver todo lo que no es mío y a recoger lo que sí es verdaderamente mío, aún expreso mis emociones, y ahora brota un llanto de mis ojos, ahora un gruñido o un grito desde el plexo y poco a poco restauro el equilibrio en mi arquitectura psíquica y suelto todo aquello que ya no me sirve, también tomo una decisión importante para mi con una claridad contundente y una fuerza desde lo hondo de las tripas, no tengo que esperar para sentir gozo, no quiero caer en la trampa de mi fantasía golosa que pone en la mente y en el futuro el éxtasis cuando el gozo es abundante en el instante presente y sólo se requiere estar aquí y ahora para recibirlo, no hay que luchar, no hay que merecer, no hay que hacer méritos para conseguirlo, sólo hay que estar presente y recibir.
Cuando terminamos el trabajo en grupo cada uno a su ritmo miro el reloj y son las doce y media de la noche... ahora está lista para todos una deliciosa cena a la que acudo rápidamente y que quiero recibir con mucho gusto y con todos mis sentidos preparados para el gozo del presente.

21.10.10

La danza de la serpiente

Recapitular en grupo tiene sus ventajas, a veces las emociones cuando emergen con una fuerza arrasadora es más fácil sostenerlas con compañía, sobre todo con compañía consciente o en el mismo proceso que tú, la sinergia del grupo ayuda a entrar más en el fondo del cuarto de los trastos, donde el olor a veces resulta dificil de asimilar y hay que respirar mucho para que el aire limpie y desate los nudos antiguos con su torrente de vida. La vida siempre tirando hacia delante y la consciencia posibilitando la intregración y el orden del caos de emociones, pensamientos, juicios, creencias, vivencias rechazadas... 
-Contigo somos trece -me dijo el chamán del grupo cuando me vio subir la escalera exterior y llegar a dónde él se encontraba -¿quieres entrar?

Yo estaba allí para prestarles la casa, en ningún momento me había planteado entrar en la toma de la Medicina pero de pronto, un número, el trece me empujaba y la sonrisa del chamán me invitaba amorosamente a unirme al grupo y entregarme a mi proceso interior de recapitulación  de la mano sabia de la abuela Ayahuasca...

El atardecer tardó su tiempo en llegar, suficiente para tranquilizarnos, relajarnos, incluso dormir un poco frente al fuego de la chimenea. Y la ceremonia se inició con el sonido del tambor que paraba la mente y despertaba el poder del vientre quien iba a ser el protagonista de una  larga noche.
El sabor amargo de la planta se mezclaba con el dulzor de la miel que la contenía y el trago resultaba agradable para la saliva.
El propósito poderoso de mirar dentro de uno era el mayor de los detonantes para iniciar el proceso de búsqueda interna, la planta el aliado del mundo vegetal que despertaba la consciencia por encima de los niveles cotidianos y avivaba los sentidos sutiles, abría la visión al mundo de la energía en fractales de colores y geometría sagrada.

Estoy aquí en un círculo humano con un intento común de sanación, he confiado en el chamán que dirige esta sesión, mi confianza es la llave de mi entrega a este proceso, he admitido determinada disciplina de grupo, como estar sentados la mayor del tiempo, no salir del círculo a no ser para ir un momento al baño o refrescarme, siempre atendiendo al sonido del tambor o la flauta, de la canción que brote de nuestro guía, y volver a la ceremonia lo antes posible con la voluntad de estar presente en todo mi movimiento interior, respirando cada emoción que se dispare y pidiendo comprensión e integración... de la manera más amorosa posible.
Las mismas normas de grupo que he aceptado con tranquilidad en mi estado de consciencia cotidiano ahora cuando la serpiente empieza a danzar por mi fluido orgánico, se me presentan como órdenes que me cuesta cumplir...
Mi sombra empieza a mostrarse tal y cómo ella es, aquí estoy yo, me dice, y no quiero obedecer, soy rebelde, así soy...rebelde, muy rebelde...
Esta rebeldía ahora no son palabras de una conversación subida de tono, es una gran incomodidad física de permanecer en mi sitio, y me resisto a escuchar la canción que dibuja el chamán con su voz en la oscuridad de la sala... yo tengo mi propia voz, no quiero seguir a nadie... mi respiración se acelera como intentando asimilar una indigestión, mi movimiento automático es la rebeldía, romper las normas, salir corriendo de allí, escapar de una cárcel, de un grupo que me retiene, de un jefe que quiere apropiarse de mi poder, y mi cuerpo se sacude en el sitio que yo he aceptado tomar, todos mis órganos internos palpitan provocando una revuelto físico que mis pulmones sostienen con el aliento acelerado...
¿No quiero confiar en este grupo, esta ceremonia que creamos todos esta noche? Confiar es una experiencia peligrosa para mi ego, y hay una parte de mi muy identificada con mi ego, tengo miedo de mi confianza, de mi entrega, podrían abusar de mi, me susurra una voz en mi cabeza, si colaboras estás obedeciendo a otro que es quien manda, me grita una voz en mi cabeza, y mi cuerpo se prepara para la defensa, para enfrentar un peligro de abuso de poder, esto empuja a mi corazón a latir con fuerza y el aliento atrapa bocanadas de aire para sostener este caos interior de resistencia a algo muy peligroso para la entraña de mi carácter.
La sensatez me ilumina parcialmente y consigo asentarme un segundo... quiero entregarme a esta experiencia el tiempo que dure. Proclamo mi voluntad de confiar en la planta, en el grupo, en el guía y en la experiencia... aún así la emoción de la desconfianza y la rebeldía me arrasa desde la punta de los pies hasta la cabeza y más allá... ¿tan peligroso es la confianza para mi?... recibo una respuesta en forma de vivencia, aquí no existen los razonamientos mentales, la confianza para mi es morir ahora mismo, el extremo de la desconfianza se me presenta como la posibilidad de morir en este momento, allí en la sala oscura con el sonido del tambor a lo lejos, confiar es morir, entregarse es fundirse con todo, también es desaparecer, convertirse en nada, diluirse en la experiencia...
El grupo en forma de círculo me ayuda a sostener tanta revolución interior, y tomo aire con desesperación, con la consciencia acrecentada veo cada minúsculo pensamiento que aparece en mi mente, percibo cada emoción que está presente en mi, y la muerte me está esperando... ahora ya no soy rebelde, ahora me doy cuenta de que tengo miedo... y lo pronuncio como una confesión humilde del lugar en el que me encuentro verdaderamente... tengo miedo, me digo a mi misma, tengo miedo, lo siento, es así, tengo miedo de la entrega, de la confianza, me parece que fuera a morirme si confío, si me entrego, que voy a perder mi posición, que me voy a disolver en el grupo y voy a dejar de ser alguien destacada, voy a perder mi importancia personal, y voy a descuidar mi defensa.
Cuando admito que tengo miedo y me entrego a mis limitaciones en este momento puedo hablarme a mi misma... yo cuidaré de ti, me digo, y me acaricio todo el cuerpo, yo cuidaré de ti, no te dejaré sola, estoy contigo, a tu lado y te apoyo, sé fuerte, no tengas miedo, yo te apoyo...
Ahora me estoy sosteniendo a mi misma, me he escuchado, me he comprendido, y mi estado empieza a cambiar... yo no soy la niña rebelde que hay en mi, puedo separarme de ella, y darme cuenta cómo ella me domina muchas veces...
Comienza un poceso largo de recapitulación para mi... la niña rebelde en mi vida, desde cuándo, cómo surgió, qué me hace en mi vida cotidiana... no tengo hijos, pero convivo con una niña rebelde que sabotea mis planes, que dice que no con contundencia cuando hay algo incómodo y que no le gusta, que no quiere trabajar porque le resulta aburrido  y pesado... en mi recorrido interno me encuentro con mi abuela, que tuvo que soportar a la niña rebelde en pie de guerra... siento culpa, me avergüenzo, pido perdón, lloro y mi abuela me abraza desde el lugar donde ella está ahora y recibo un amor precioso que me reconforta...
Me encuentro con mi padre, de quien imité el carácter rebelde por puro amor a él, y me rio con él, de la tontería que es rebelarse en automático, al final contra quien actúo es contra mi misma y me convierto en mi propia enemiga...
Me encuentro con la niña que yo fui y lloro abrazada a ella, le doy todo mi amor y la saco de la cárcel de la rebeldía donde estaba presa... mi niña, le digo, te quiero mi niña...
La ayahuasca me da un diploma "experta en sabotaje", y esto me hace reir... ahora me dice... ya tienes tu diploma, ¡eres experta!, lo conseguiste, ahora olvídate de lo aprendido y empieza algo nuevo para ti... coopera, colabora, entrega tu trabajo al grupo... es tu tiempo de cooperación...
En la larga noche surgen más episodios... y aparecen regalos inesperados... conversaciones pendientes con personas queridas... el dios del fuego con su rostro bello y joven frente a mi ayudándome a la confianza...
El grupo ha sido en esta ceremonia un flotador en el océano de la locura y la sombra, una brújula donde regresar a la orientación y tomar aliento... las emociones que están guardadas en nuestro subconsciente suelen ser torrentes arrasadores que es mejor soportar acompañados, con un propósito claro y contudente de permanecer presentes a pesar de la dificultad, a pesar de que parecer que morimos o enloquecemos para siempre.
Ahoo

14.10.10

La sombra fea

Te veo sombra reflejada en la tierra, respiro con el vientre y al momento ya empiezas a buscar la comunicación conmigo, tu interior oscuro tiembla ligeramente y te apropias de las piedrecitas y las formas del suelo para mostrarme tus rostros y tus personajes, te veo sonreir...
Me sobrecojo, se me encoge el estómago, me siento perdida cuando veo tu perfil plano sin formas sinuosas, los hombros encajados en un cuerpo... ¡yo no soy así! ¿otra de tus bromas? me muestras lo fea que eres, ¿lo que fea que soy yo? me gusta mirarme en el espejo y ver el brillo de mis ojos... pero tú, tu hoy eres una masa oscura sin atisbo de forma como si fueras un indeseable monstruo deforme... ¿para que me muestras esto? ¿para que me sirve este rechazo, esta inseguridad, esta falta de aceptación y esta rabia?
Toma la rabia, me dice mi sombra con su voz silenciosa, y no pienses, no te juzgues, utiliza la rabia para entrar en esta fealdad y explórala como una niña, la fealdad externa te empuja a mirar hacia dentro, si tienes belleza externa te conformas con muy poco, entra dentro de lo que no gusta, déjate tocar por lo que estás evitando, y dime ¿qué estás evitando realmente?¿qué escuchas de tu fealdad?
Mi fealdad me dice que no me conforme con la vanidad, que busque mi verdadera creatividad donde lo feo y lo bello son lo mismo.

12.10.10

Yo te saludo, mi sombra

Estás reflejada en el suelo que yo piso, frente a mi, ahora quiero mirarte como en un juego de niños, aunque poco a poco empiezo a percibir tu propia presencia y comprendo que este diálogo no es una fantasía.
Tu eres una parte de mi, misteriosa, y abro mi visión y empiezo a ver algunos rostros en tu color oscuro... ahora siento miedo de la brutalidad, como si fueras un ser de piedra gigante que pudiera aplastarme como una montaña... ahora me hablas, tienes miedo de tu fuerza, me dices, y crees que yo te voy a aplastar, te ríes de mi como una abuela sabia con su nieta inexperta... tú eres fuerte como una montaña, como las rocas de una montaña.... pero pregúntate ¿qué quieres hacer con tu fuerza? ¿quieres huir de ella como si un gigante de piedra te persiguiera en tu peor pesadilla?¿o quieres tomarla y acogerla en tu vida consciente?